Respeto, valentía y unión, bases de la lucha contra "El brujo Mangachuscos"
El saber respetar debe ser una constante en la educación de los pequeños, en el aprendizaje del niño hacia la adolescencia. Un respeto inducido en el valor de la experiencia que pueden aportar nuestros mayores y la gran contribución que supone en el devenir del niño. El Brujo Mangachuscos introduce en sus líneas esos valores: respeto a todos los seres del planeta y respeto a la valía de nuestros ancestros. Pero no solo se detiene aquí. Refuerza la confianza y valentía que cada niño debe tener en sí mismo para hacer frente a lo que le desagrada y asusta, revertiéndola por una situación de alegría. El trabajo en equipo es otro valor que aflora en esta historia, el poder que tiene la unión para conseguir objetivos grupales ante cualquier escenario adverso.
Mangachuscos es un brujo moderno que vuela con fregona. Lo de volar con escoba le parece cosa de carcamales. Es tan malo, tan malo, que hasta el cocodrilo del pantano le tiene miedo. Sin embargo, Mangachuscos el poderoso, el de las pócimas cochinas, va a descubrir que su poder no es tan grande como él cree. Un acto tan sencillo como pisar a una hormiga, le hará perder su autoridad. Todo el mundo, incluido su gato Ponzoña, se partirá de risa con sus fracasos.
¿Te imaginas a este brujo malvado intentando una y otra vez hacer daño sin lograrlo? Los ciudadanos de todo el planeta se unen para ponerlo en su lugar. No hay cosa más divertida que el ver cómo un ser arrogante baja la cabeza ante el amor de las pequeñas hormigas. Y es que la fuerza de la unidad es la luz más poderosa.