Los ojos que nunca duermen

Miguelo es un niño huérfano que lucha por conseguir un sueño: poder tener una familia, en cuyo seno ser feliz y poder satisfacer sus deseos de aprender y sus ansias de saber. Sin embargo, esas ansias por aprender le llevarán a cometer una serie de errores cuyas consecuencias serán nefastas. Intentará subsanarlos a base de mucho esfuerzo, pero justo cuando está a punto de conseguirlo, se verá involucrado en una serie de hechos que le llevarán al borde del abismo. ¿Podrá Miguelo alcanzar el sueño por el que tanto ha luchado? Una cosa está clara: por sí solo, no lo puede lograr; no obstante, hay alguien dispuesto a ayudarle hasta el final. Pero no es fácil, muchos obstáculos entorpecen el camino, el tiempo se agota e irremediablemente se acerca el temido final. 

VALORES IMPLÍCITOS

A través de esta trepidante historia, Miguelo y las gárgolas de la catedral de Palencia nos muestran la importancia del esfuerzo y la constancia para alcanzar nuestros objetivos, además de la empatía, saber escuchar y trabajar en equipo.