Pau Mandroska
La Línea de la Concepción, 1998
Esta joven linense nació con un lápiz bajo el brazo, como les suele pasar a todos los ilustradores... Ya de pequeña se dedicaba a escribir cuentos con mala letra, para después dibujar en las páginas lo que se le pasaba por su cabeza. Fue así como, con el tiempo, se dio cuenta de lo que quería ser. Primero superó la barrera de la vergüenza a los doce años, y no dejó de garabatear nunca, hasta que tuvo la oportunidad de ingresar en la Escuela de Artes de Algeciras, a los dieciséis años, donde aprendió muchísimo. Después, se enfrentó a la vida Universitaria durante dos años, la cual abandonó para dedicarse a lo que realmente le apasionaba. Actualmente, trabaja como Diseñadora Gráfica, y a sus veintiún años ha conseguido cumplir uno de sus grandes sueños: publicar un cuento.
Sufre el síndrome de Peter Pan, y aunque ha aprendido a sobrellevar la realidad del mundo adulto, siempre aprovecha sus ratos de tranquilidad y soledad para adentrarse en los suyos propios, viajando a través de tierras llenas de dragones, animales mágicos y lugares fantásticos. Mundos donde la preocupación no existe y solo lo absurdo y divertido tiene relevancia. Mundos que solo existen más allá de la mente, el sitio más misterioso, oculto e intrigante conocido hasta el momento. Sitios a los que solo se puede ir con el único transporte posible: la imaginación.