Isabel Martínez González

Isabel Martínez González

Soy lectora por devoción y escritora por obligación. Me explico: a mis veintitantos años, ya podía presumir de una sencilla biblioteca y de mis dos preciosas hijas. Pero todo se desmoronó cuando me vi sumergida en un periplo de médicos y especialistas que no conseguían darme solución para el problema que se presentó con mi hija pequeña. Se derrumbó mi mundo y, para paliar mi dolor, me puse a escribir. Al principio, la escritura fue un refugio, y poco a poco se convirtió en un verdadero hábito.
La historia que os cuento acaba bien. Hoy me siento muy orgullosa de mis hijas, pues se han convertido en dos mujeres plenas, felices y también madres. Además, esa pequeña de entonces es la que ha rescatado del cajón estos poemas, los ha ilustrado y ha hecho realidad este libro. Ha sacado la ternura de ese cajón, y el dolor se ha quedado dentro.