Bea Fernández Redondo

Bea Fernández Redondo

Mi historia comienza en Getafe, en el año 1979. De todas las pequeñas historias que forman mi biografía, hay tres que han marcado un punto de inflexión; no son historias bonitas, pero forman parte de mi esencia.
En 2004 quedé huérfana de hermana por culpa de un temerario al volante; en 2009, por sorpresa, apareció a mi lado una extraña «compañera de viaje»: esclerosis múltiple; el último acontecimiento, la muerte de una gran amiga, a los 5 días de traer al mundo a su niña, a causa de una infección incomprensible.
Con estas piedras en la mochila, es complicado avanzar en la vida, y aún así, solo hay un camino: «apretar los dientes y SEGUIR».
Soy madre de dos hijos (mis pequeños salvavidas), programadora informática de profesión, estudiante de Psicología (vocación descubierta tarde) y persona medianamente feliz, principalmente porque a mi alrededor tengo personas extraordinarias.
Durante años, he luchado de una forma muy activa contra la violencia vial; «mi pesada compañera de viaje» y yo discutimos continuamente, algunas veces nos toleramos más, y otras veces nos odiamos; quizá un día logre darle esquinazo. No me considero aún escritora, pues escribir este cuento ha surgido del alma, de las entrañas o no sé de dónde… Quizás de mi deseo de ayudar a unos niños que, de repente, se quedaron sin madre, pues ese fue mi único objetivo. No sé si volveré a escribir, ojalá…, pues hacer de lo feo algo bonito es la única forma de darle la vuelta al «calcetín de la vida».