Ania Ponce
Vic, 1982
Desde bien pequeña siempre andaba en las nubes, creando historias a partir de cualquier cosa que pudiera ver, oír o sentir. Aunque todos sus profesores de Lengua la animaban a estudiar Letras, ella se decidió por la Ciencia, y la necesidad de entrar en el mundo laboral hizo que su sueño de escribir se quedara en un cajón, junto a sus manuscritos de distintos géneros. La maternidad hizo resurgir a esa «creadora de historias», pues el compartir con su bebé un cuento, fuera inventado o no, era el mejor momento del día. Sus cuentos y juegos fueron creciendo con su hija, junto con ese sueño de «creadora de historias», que la llevó a iniciar cursos de creación literaria, donde la animaron a publicar.